sábado, 29 de enero de 2011

Sand y su gol más lindo


El golpe es directo al corazón. Primero duele, mucho, y después reconforta. Hay lágrimas que se transforman en una sonrisa inmediata. Hay vacío y a la vez, el hincha de Lanús se debe sentir más lleno que nunca.

Es que la decepción es el doble de lo que uno ilusiona, se suele decir. Pero acá José Sand revolucionó todo, una vez más. Como lo hizo cuando se ganó su lugar en Arias y Guidi con dos goles de miercoles por la tarde, ante el equipo que lo echó. Como lo repitió una y mil veces en las redes para ser goleador consecutivo del Fútbol Argentino o en su cabezazo de vuelta olímpica en La Bombonera.

Sand hoy hace su mejor gol. Y lo hace otra vez para Lanús. Porque en tiempos en dónde los ídolos se esfuman como el humo que parafrasean desde algún micrófono, Sand ratifica su condición de heroe Granate. Son épocas en dónde el único color que tira es el del billete con el que se paga. Y sino pregunten por el técnico campeón y el diez , ídolos en Lomas o pasen por el Bajo Flores a preguntar por un tal Barrientos o Erviti.

Sand hizo lo suyo desde Emiratos Arabes Unidos, lugar al que se fue sabiendo que le hacía un bien a su familia y a su segunda casa desde lo económico, pero que era un horizonte al cual siempre miró conciente de lo que padecería. Lo supo al despegar de Ezeiza y lo confirmó cada vez que pudo.

Aún así, le dijo no a Racing de Santander en junio pasado y hace una semana. Le cortó el teléfono a Vélez y Racing, cuando levantaron el teléfono desde Argentina creyéndo que podrían repatriarlo con otros colores. Tampoco aceptó Grecia y ya planeaba la negativa a cualquier oferta que se le apareciera. Pero los hombres del petróleo no entienden de pasiones. Y por eso La Coruña será quién reciba sus goles.

El 29 de enero quedará en la estadística. Ese día, José Sand hizo su gol más lindo en Lanús. Porque le ratificó su incondicionalidad. Le juró amor por siempre y prometió retirarse acá. "Mi vuelta cada vez está más cerca y no dejo de soñarla" describe en una carta de las más emotivas , que mima a cada hincha Granate. En las líneas más tristes que escribió, José dice que no sabe cómo empezar, pero todos saben cómo termina esta historia.

Serán seis meses, un año o dos. Desde Emiratos Arabes o Galicia, la mente de José Pepe Sand está bien metida en Lanús. Sólo la mente. Porque el corazón jamás se fue.

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