sábado, 3 de abril de 2010

Aquella leña del árbol caído

No hay que dudar. Las condonlencias serán para otro en este caso. Qué sea otro el equipo que le permita sonreír. Lanús no puede darse el lujo de ceder puntos ante un River autodestructivo, que parece perder años de gloria por cada paso en falso que da fecha tras fecha.

Y Lanús debe seguir creciendo. Si es necesario, pisarle la cabeza para subir, que así sea. Ojo, siempre futbolísticamente hablando. River está endeble, frágil, en Knock out técnico hace meses y espera caer a la lona sólo para que le dejen de pegar un poco. Por eso Lanús debe darle otro golpe, por tantos años de padecimiento ante este tipo de rival.

Esta vez habrá titulares en cancha. Está bien que así sea. Necesitan sumar confianza y minutos de rodaje para levantar ánimos de cara a lo que puede ser una definición por Copa Libertadores. Estan bien los minutos para Leandro Díaz ( ¿por qué no para Aparicio y Carrasco?) en el ataque, aunque sabiendosé el equipo titular de aquí en más, tal vez la inclusión de Castillejos no estaría de más. El esquema, puede variar sustancialmente. Hoy, ante River, el 4 4 2 parece ser el indicado. Porque el que reza de 3 en el fondo, termina siendo demasiado defensivo cuando se arma la línea de cinco atrás.

Lanús no puede defenderse en este momento, menos ante River. Hay que atacar, lastimar. Y si es necesario, cambiar golpe por golpe, porque en consecuencia, Lanús parece mejor plantado en el desgaste. Aún con sus penurias a cuestas. Es hora de liquidar a este grande en declive. Es momento de hacer leña de aquel avejentado árbol caído.

Hacha y fútbol. Goles. Ataque permanente. Lanús tiene que salir a deglutirse a un Millonario, que aún en épocas de mendigo, siempre puede sacar a relucir su pasado.

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