domingo, 28 de noviembre de 2010

Sin varita, con escoba

Si el debut auspicioso de Gabriel Schurrer como entrenador de Lanús correspondió a un golpe de ánimo, entonces habrá que entender a este deporte como una suma de momentos psíquicos. Ahora bien, si el 2 a 0 ante los de Victoria se debió a un mayor compromiso con el equipo, será cuestión de tener diecinueve técnicos durante la temporada.

Ni una cuestión, ni la otra. Los tres puntos ante Tigre llegaron por ciertos aciertos momentáneos y también, por una nueva concepción del creerse capaz de volver a tocar la pelota por abajo, tratando en la mayor cantidad de veces, dársela a los de camiseta Granate.

De este modo, seguramente Lanús, sea quién fuere el entrenador, conseguirá algo más de lo que venía cosechando en un magro Apertura.Y si bien no queda mucho en este 2010 sin grandes sonrisas, es tiempo de análisis por parte de Schurrer, que deberá ver en un horizonte aún posterior al mes de enero. Su mensaje fue claro y pese a que el "empezaron de cero" pareció tranquilizar, son varios los jugadores de Lanús que deben entender que su fecha de caducidad está próxima si no logran entrar en el paladar del técnico.

Su primer indicio lo dio con la salida de Hernán Grana en el debut y al que ahora le dará su oportunidad para que se luzca. Lo mismo hizo con Salcedo, al cual respeta pese a su mal desempeño global, pero al que también se le dio un últimatum con el gol. Atrás deberán enumerarse otros tantos, con poca participación en la cancha y demasiada en su cuenta de sueldo a fin de mes.

Pase lo que pase hasta el final del Apertura, el objetivo de Schurrer estará con los ojos en el campo de juego y con la mente puesta en la temporada que viene. Y así como no tiene en sus manos una varita mágica para cambiar mucho de este Lanús, sí tiene en su poder la escoba, que por menos estética que sea, tiene casi el mismo poder. Sería bueno que la use.

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