sábado, 10 de abril de 2010

Destino de grandeza ( en memoria del Dr. Carlos González)

Esta vez el fútbol queda parcialmente a un costado. El jueves se perdió el partido más doloroso que se puede perder. Se fue el Dr. Carlos González, aquel titán que tomó las riendas de un Club en declive con sogas al cuello y números más que rojos.Tiempos en los que Lanús deambuló por el ascenso, pagando despilfarros innecesarios de épocas oscuras, de las que costó salir a la luz. é se arremangó y puso manos y hombros a la obra.En su memoria, que el aplauso antes del partido sea enorme, que el silencio en su memoria sea una reflexión sobre sus ideales.

Hoy hay otro tipo de ambición respecto de lo que puede o debe ser Lanús en el ámbito nacional o hasta internacional, cuando en ese fatídico período, siquiera había que pensar en anhelos de poder estar en Primera División. Los horizontes se corren y los objetivos se renuevan con miras hacia arriba, allá bien en lo alto. Hoy se piden campeonatos y buenos desempeños en la Libertadores. Se exige acorde al momento y no en cuanto a una historia de pico, pala y overol.

Ahora, que aún hay tiempo de revertir todo, hay que ir por más. La Copa, no depende sólo de Lanús, pero tiene que hacer bien los deberes para honrar, si es que sucede, una derrota decorosa. Lanús no puede dedicarse a despilfarrar honores en América. Quién sabe cuántas copas más se jugarán, aunque el futuro augura que muchas.Tampoco es momento de renunciar prematuramente a sueños de campeonato. Los de arriba, ya sabémos que tienen algo gélido a la altura del pecho. Para colmo, los que los persiguen de atrás, salvo por Estudiantes, no tienen las espaldas de Lanús, que ya sabe de arrebatos.

Hay que exigir, alentar y presionar desde el minuto menos uno. Con Central, Lanús se juega un colchón donde recostarse si es que el jueves por la Copa recibe un trompazo duro. Con el triunfo y sabiéndo que el torneo se define en Avellaneda se puede ilusionar uno. Igual, a ser coherentes, que a las desobediencias que impone el corazón debe las ordene la razón.

Hay que pedir más. Y está bien que así sea. No es momento de apichonarse, más todo lo contrario. Ni en lo deportivo ni en lo institucional. Hay que recordar aquellos momentos de sombra en que los descensos y las carcajadas ajenas resonaban en los oídos propios. Hoy hay que pisar aquello y recoger el guante de esto. Lo dijo el Dr. Carlos González: "Lanús tiene destino de grandeza", honrremosló con el intento de conseguirlo.

A toda la familia González y en especial a mi compañero Diego le mando el mayor de los abrazos.

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