viernes, 1 de octubre de 2010

El pez por la boca muere

No hay nada confirmado en Lanús de cara al choque con Boca. Ni el esquema, ni los interpretes, ni mucho menos la idea de juego a desarrollar en la siempre complicada Bombonera., aunque sí hay una mentalidad más ambiciosa desde el entorno, basada en el post 2007, aunque comenzada a forjar desde aquél Bombonerazo del 2006.

Sin embargo, la realidad atiende a la confusión generalizada. De un lado y de otro. Zubeldía, como técnico, mantiene una postura respecto del juego: la incógnita. Lanús, hasta el momento, nunca mantuvo un patrón al cual seguir en su ADN futbolístico, pasando de los ensayos en las líneas defensivas hasta las pruebas sobre la marcha cuando los papeles se queman con facilidad.

Hay objetivos por cumplir, sí. Hay metas a las cuales llegar, también. Hay un proyecto que respetar y eso está siempre por sobre cualquier hipótesis. Las dudas, entonces, pasan por los caminos a optar en la búsqueda de ese fin. En lo general, la discusión llevará más que un semestre y tampoco se debe cuestionar en mitad de un torneo, pero la alarma de la vuelta a los torneos largos- en dónde ya no se habla de rachas sino de constancia- se encendió y Lanús deberá saber qué hacer con lo suyo ante eso.

En lo micro, el encuentro ante Boca podría ser un buen punto de partida en este Apertura. Los de Borghi no están mejor que Lanús, con el aliciente de siempre tener más responsabilidades sobre el caso. El sistema del técnico tambalea, aunque esto bien podría aplicarse en ambos lados de la historia, perse a que una victoria dejaría a Boca virtualmente fuera de la discusión y un triunfo semejante serviría de vitalizante para el ánimo Granate.

Es una fecha especial la novena, porque los de arriba chocan entre ellos: Newell´s y Vélez ya se sacaron puntos. Estudiantes y San Lorenzo harán lo propio, mientras Banfield y River dejarán alguno de los dos heridos. Y ahí Lanús puede sacar alguna ventaja, ya sea para prenderse en la lucha o para sumar en su objetivo de llegar a la Copa Libertadores.

El esquema que planea Zubeldía aún no está definido, pese a que se aventura algo especulador. Y ahí hay mucho de polémica. ¿Qué sería mejor para Lanús? ¿Jugar con la desesperación de Boca o imponerse en terreno ajeno para darle un golpe de knock out?. La intención parece ser la primera, pese a que para ello se deberá aprovechar al máximo las situaciones de gol que se tengan, cosa que hasta entonces Lanús no supo hacer. Tampoco, a decir verdad, serviría de mucho apostar a la rigidez defensiva, cuando se sabe endeble la última línea.

La idea no está clara. Las lesiones no ayudan a delinear un once de memoria y comienza a ser un obstáculo el saber si se prima la idea por sobre los protagonistas para llevarla a cabo. El golpe por golpe no dio resultado y ante Boca, en su estadio, con un árbitro poco feliz y las presiones repartidas no parece ser el mejor momento para ponerlo en práctica de nuevo. El pez por la boca muere, cuentan. Y Lanús con su fútbol pero sin ideas necias, deberá confiar en sus armas para combatir y sacar provecho. Bien se sabe, igual, que soldado herido no es soldado caído y sirve para otra guerra. Importante será no morir. Aún quedarán otras diez.

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