viernes, 15 de octubre de 2010

Mamá yo quiero, oh oh

La semana era tan perfecta que asustaba. Por eso cuando la lesión de Sebastián Blanco se cristalizó, recién ahí volvió a ser terrenal la realidad Granate, luego de siete días a puro derrumbe de grandes, con victoria en La Boca y paseo en La Fortaleza ante San Lorenzo.

Todo marchaba demasiado bien, salvo por algunos detalles que hacen a la cuestión. El principal, tal vez, se nutre de la falta de una línea de intensidad en torno al juego del equipo de Zubeldía. Porque aún con tres de tres en victorias, la deuda está en lo que propone Lanús.

Hasta la fecha diez, con poco más de la mitad del torneo ya consumido, a Lanús se lo puede mirar desde diferentes ópticas, siempre dejando en un primer peldaño, que aún hoy, el equipo de Zubeldía tiene chances de pelear el campeonato. Y eso es algo que no se puede despreciar, teniendo en cuanta que ya quedaron atrás varios precandidatos de los que se aguruaban robos deportivos.

A siete de distancia del líder (Estudiantes) parece ser imperiosa la cautela del un paso a la vez, pese a que la cabeza inevitablemente vuela más allá. Y entonces, los cálculos se vuelven pura ilusión. Serán cuatro fechas a puro vértigo, en las que Lanús deberá jugarse su suerte ante Vélez (uno de los escoltas) y ante el propio puntero, ambos en condición de visitante. Antes, claro, deberá sortear a Olimpo y Colón.

En una línea más abajo de lo que significa la apuesta por la gloria, hay que hacerle un paréntesis al juego. Ahí Lanús cae al fondo de la tabla. Porque con muchas complicaciones por lesiones y expulsiones, hasta ahora no hay un once de memoria, esos que suelen quedar en el inconciente colectivo y que se relatan sin titubeos. Arce, sigue siendo una quimera por el lateral izquierdo, que no desentona pero que tampoco suma. Grana continúa con sus altibajos. Al mediocampo, en tanto, le suele faltar un cambio de ritmo si Aguirre no encuentra su lugar y si Pizarro no se anima a algo más. Y arriba, recién en la última fecha hubo goles de delanteros, después de aquel gol de Romero en La Plata ante Gimnasia.

Es recomendable, entonces, pensar en lo inmediato. Y es este Olimpo de Bahía Blanca, en una fecha demasiado especial, el que se presenta como rival. Volverá Mario Regueiro y ocupará el mediocampo por el sector izquierdo, tratando de ser creación y definición al mismo tiempo. La fecha, decía, es especial. Olimpo festejará su Centenario y buscará cortar una sangría furiosa: 0 de 15 en puntos y 14 goles en contra es mucho.

A otro, igual, con esa historia. Lanús no está para caridades a esta altura y si quiere calzarse la pilcha de candidato deberá ganar en un terreno cuanto menos esquivo. Es una fecha particular. Habrá Lealtad para aquellos que buscan el guiño político y también, para aquellos que hacen de Lanús su culto a la religión y se encomendarán en un viaje más que peligroso. No porque Bahía Blanca esté en guerra, sino porque hay que ser osado para abandonar a la madre en su día, un domingo y a la hora del almuerzo. Pura hidalguía.

La semana pintaba perfecta. Pero sobre el final, se puso gris y lluviosa. Al cabo, se lesionó Sebastian Blanco, uno de los diferentes que siempre promete desequilibrio. El diez estará algunas fechas afuera, justo en un tramo trascendental, por lo que Lanús debe como nunca, juntar fuerzas para seguir prendido en la pelea. Lo del juego, después lo discutimos. El domingo, mamá yo quiero, que gane el Grana. Y que todo el año sea carnaval.



A todas las Madres. A las que cuidan de cerca o desde el cielo, que tengan un muy Feliz Día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario